Pero no te angusties con fantasías.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Juntos con una sana disciplina, sé amable contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo, no menos de los árboles y las estrellas: tú tienes derecho de estar aquí.
Y te resulte evidente o no, sin duda el universo se desenvuelve como debe.
Por lo tanto, mantente en la paz de Dios; de cualquier modo que lo concibas y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, mantén en la ruidosa confusión, paz con tu alma.
Con todas sus fuerzas, trabajos y sueños rotos, este sigue siendo un mundo hermoso...