Son pocos los adultos que se resisten a no hablar con extrema "delicadeza" a los niños, y en muchos casos no articulan bien las palabras y ocasionan que los pequeños no aprendan a hablar bien.
A menos de que se tenga un corazón de piedra, o ser pariente de algún malvado villano de película, es irresistible hablarles a los niños con extrema ternura. Pero, ¿qué tan bueno o malo es esto?
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Son pocos los adultos que se resisten a no hablar con extrema "delicadeza" a los niños, y en muchos casos no articulan bien las palabras y ocasionan que los pequeños no aprendan a hablar bien.
A menos de que se tenga un corazón de piedra, o ser pariente de algún malvado villano de película, es irresistible hablarles a los niños con extrema ternura. Pero, ¿qué tan bueno o malo es esto?
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